La complejidad del proceso de enseñanza y aprendizaje
requiere tomar conciencia del mismo (Metacognición) y de su incidencia en los
procesos de planificación educativa. Sino valoramos su importancia, no le
daremos el lugar que merece en la planificación
y no valoraremos su incidencia en los docentes
en formación o en práctica profesional. Tal como lo dice Alama (2015 ) “la metacognición se debe de enseñar y
aprender. Pues, para formar estudiantes metacognitivos es preciso contar con
docentes metacognitivos.” Contar con docentes con este conocimiento
requiere planificar procesos para que
estos aprendan y que estos posteriormente enseñe al estudiante. La
metacognición va tomando fuerza como proceso reflexivo en los profesionales
vinculados a procesos educativos. Reflexionar junto a los estudiantes o que
ellos, reflexionen sobre sus procesos de aprendizaje, sus debilidades y
fortalezas es un paso pendiente en las aulas salvadoreñas. Estamos llamados a
incluir en nuestras secuencias didácticas procesos metacognitivos. ¿Los
incluimos?
Valoración: ★★★★★
Fuente: Alama, C. (2015) Hacia una
didáctica de la metacognición. Pp. 77-86. Revista Horizonte de la Ciencia 5 (8)
Julio 2015 FE/UNCP. ISSN: 2304-4330